La intensidad de la palabra, por el licenciado Ernesto Fernando Iancilevich. En ese camino de regreso, aun en aquellos malabares lingüísticos donde resulta arduo desbro- zar el ornamento de la estructura, íntimamente respira esa búsqueda profunda de la palabra que dice. Por inconmensurable, no sabemos qué es la poesía, aunque la tentación de definirlas sobrevue-. Poema de la poesía, avatar en el decir concentrado. Experiencia y expresión fundidas en la palabra intensa del decir concentrado.

En mi arte u hosco oficio. En mi arte u hosco oficio. Tejido en la noche serena. Cuando sólo la luna arrecia. A tantas penas abrazados,. Me afano en la noche que canta. No por el pan o la ambición. De fingir u ostentar encantos. Sino por el simple salario. De su más secreto corazón. De la luna furiosa escribo yo. Sobre estas hojas de rocío. Ni a los muertos encumbrados. Con sus ruiseñores y salmos.

Por tus ojos y los de los niños del mundo. Por esa sonrisa que anuncia el día liberado. Por tus ojos y los de los niños del mundo. Por esas manitas que acarician la. Fabricaré un juguete de piedra lunar. Cosido con rayos de ternura. Por tus ojos y los de los niños del mundo. Por esa voz argentina que se te encalla en. Voy a tocar el tambor. Por tus ojos y los de los niños del mundo. Hay hombres que mueren cada día al sol. Por no haber podido vencer a tiempo.

Ahí está el que nos traicionó, dice. Escupamos, que ahí viene. Espiémoslo como un solo ojo. Pena tengo por el incienso con olor a sándalo y rosas rojas que pusiste en mi habitación. Y esa alma que no es propiamente la mía vaga triste por la casa. Acudo a ella para levantarla, pero no,. No se puede, solo en mi pupila ella surge ya en el acantilado norte que va justo a la mar. Ya son las 19 horas.