Martes, 13 de marzo de 2012. Que soy un hombre escribiendo,. Aún hoy que me basta con hablar. Haber visto, de mi amor, los tobillos. En arena y agua, a la orilla del río. 191;qué es el río, sino el nombre que le dimos? Perdí tiempo creyendo en una lengua pagana,. Busqué y junté, palabras, ante las sombras,. Como quien reza, a quien sea. De lo que hablo y digo. Mi obra sólo puede ser menos. Que el fluir de mi conciencia,.

Todos los dioses mueren de una muerte mayor que la muerte. El Libro del Desasosiego,. La angustia es el vértigo de la libertad. Son rosas y negros los sonidos que la voz despide. En la loca mente que imagina. Son los soles y las lunas los colores. Que viva otra sonrisa pinta.

Me la doy de escritora impulsiva. Me la doy de impasible, inafectada. Y el resto puede hacer lo que le salga. Y el resto puede pisar sobre mis tumbas. Mis muertos, igual, no están ahí. Pero creo que voy entendiendo. Por qué te duele, luna. La libertad de la mar? .