DEJA UNAS RENDIJAS PARA QUE ENTRE LA LUZ. Martes, 22 de octubre de 2013. OLVIDARSE DE QUIEN SE ES. Debía olvidarse de quién era. Sólo así sería capaz de cruzar el umbral. Los disfraces se pegan tanto a los poros que se confunden con la piel. Y hacerlos jirones es como dinamitarse. En cada explosión se volvía menos ella. Un camino hacia una amnesia tan purificadora como desgarradora. Porque a los saboteadores de tanta compañía. Se les acaba haciendo un sitio. A veces el mejor de los acomodos.

Y la luz fue hecha. Juan Carlos Lázaro, el pintor de la luz. Esta gran pena del mundo. La ciudad más difícil es esta que se enmaraña detras de la mirada con que nos encontramos con los otros. La ciudad más difícil, la del afán y el miedo, la del deseo que se contradice, la del error que no tiene remedio. La de la exactitud con que se cumple todo lo que pensamos escrito sólo para la vida ajena, en la ciudad ajena. Hay montes, y hay que subir. Veremos, alma, quién es.

Revista virtual de cultura y humanismo. Es la tercera película de Richard Kelly, después de. La película comienza con un paquete en la puerta de la familia Lewis. Es una caja de madera con una cúpula de cristal y un botón rojo en su interior. Alrededor de este dilema moral y las consecuencias de pulsar o no pulsar dicho botón sucede este thriller.

Porque sólo llegarás aquí como consecuencia de un naufragio. Yo también naufragué en estas aguas. Domingo, 22 de junio de 2014. Imagino a los arqueólogos de dentro de mil años. Habrán cambiado sus cepillitos para limpiar huesos por artilugios impensables ahora, y sus yacimientos embarrados habrán sido sustituidos por millones de restos que en discos duros y servidores prehistóricos guardarán algo de nuestra anodina vida. No sé esculpir ni pintar, construir ni fotografiar.

II Encuentro Poesía en la Red. Zaragoza, 20 de marzo de 2010. Publicado por Miguel Ángel Yusta. De todas formas, que la gente vaya dando opiniones, esta es la mía. Viernes, 28 de mayo de 2010.

Jueves, 11 de julio de 2013. Conil de la Frontera, agosto de 2012. El mar no te asesinó, Aire. Me lo dicen tus ojos rubios que sonríen a la tarde, muy tarde, cuando acariciados por el mar nos sentamos a devorar crepúsculos mientras hablamos en voz muy queda, casi en un susurro que la marea engulle sin piedad, haciéndolo invisible. Sábado, 22 de junio de 2013.