Diálogos con mi ventilador de techo. Descubrí un universo diminuto que nos mira, observa y escucha como somos. Se esconde detrás de un destello azul que un día decidió quedarse, mi azul. Lo mas mágico -de este pequeñísimo universo- es que tiene un único habitante. Espera paciente que mi ojo encuentre su reflejo. y atento elije su forma. Cada vez un poquito mas él. Cada vez un poquito menos nosotros. Se da tiempo y nos da tiempo. Crece sin medidas y con todas ellas. Mi lugar en el mundo.

Si quedaba alguna en el placard. voló! Sobre como dejé el glamour en el banco de un andén. Como todas las mañanas en las que me despierto arrastrandome fuera de la cama. Aff, lo hice de nuevo. En fin, volviendo a esa mañana. salí del edificio como pude, rogando que la media hora de viaje a la oficina me despierte.