11 de febrero de 2014. Óyeme como quien oye llover,. Ni atenta ni distraída,. Pasos leves, llovizna,. Agua que es aire, aire que es tiempo. El día no acaba de irse,. La noche no llega todavía,. Al doblar la esquina,. En el recodo de esta pausa,. Óyeme como quien oye llover,. Sin oírme, oyendo lo que digo. Con los ojos abiertos hacia dentro,. Dormida con los cinco sentidos despiertos,.

Me deslizo de nuevo en brazos de la noche, que en este tiempo de confesiones ya ha tenido tiempo de esconderse y sumar uno al contador de paraguas rotos de tan solo intentar cogerlos por el mango.

Lunes, 10 de junio de 2013. Y ahora llega el fin de semana, veamos que pasa el sábado en términos de la alienación.

Tres mujeres juntas pueden hacer un aquelarre. Me hubiera quedado escribiéndote hasta cualquier hora si no fuera porque es tarde y los madrugones me ponen de muy mal humor. Igual estoy en la cama, con papel y birome. Hay una suerte de empecinamiento en no encajar que pulsa desde algún lugar, mirá que nadie lo supondría de personas como vos o como yo.

Hay más de mi en un mundo encerrado. Llegas por mi, a un sitio inesperado. 22 de febrero de 2010. Inhumano, todo me sabe a inhumano. El amor a los niños, la piedad por el que sufre. Las heridas de los otros, las palabras vacías. De los que mienten para llenarse de olor a azufre. El mundo gira y no para. Los hombres no giran ni paran. Olvidan, el terrible dolor de detenerse. Y respirar el mundo que nace bajo los pies. Un segundo al contemplar el amanecer.