Blog de un adicto a la palabra. De retomar lo dejado a medias, tras la insistencia de mis buenos amigos Bel. Pero como no podía ser de otra manera, y tras calibrar la idoneidad de dar un nuevo enfoque al blog -quien bien me conoce sabe lo inquieto de mis posaderas- he creido oportuno buscar nueva ubicación para mis palabrerías. A partir de ahora, dejo de.

Un espacio de opinión y pedagogía, donde encontrarás tanto cosas simpáticas y algo inútiles, como videos, contenidos y opiniones relevantes. Todo esto es mi país, de Sebastián Salazar Bondy. Les dejo un poema que releí recientemente y me emocionó. Tanto, que hasta quise levantarme y declamarlo. Todo esto es mi país. Mi país, ahora lo comprendo, es amargo y dulce;. Mi país es una intensa pasión, un triste piélago, un incansable manantial.

Corazón abierto, pies sucios, por siempre feliz. Estoy por pensar que la vida es más bien las notas al margen de la página, en mi caso soy tan de las palabras como de los garabatos. Eso siempre ha hecho sentido, soy diseñadora y escribo. Y es que es un salto, un brinco. Lo que faltaba era moverse.

De siestas blandas y suaves. A secar en la soga. El tiempo de robar las galletitas. De la caja de arriba. Un paréntesis en la mitad. La pausa necesaria para tomar aire. Entre los pliegues de la almohada. Y qué si la vida es un montón de siestas. Que robó una mano chiquita. De la caja negra de los mandados.