Irrumpieron tus ojos en mi noche. Al instante, fue noviembre. Y se entibiaron los pechos. Sonrisa ancha de ojos cerrados. Promesa de un amanecer sereno. Sopló el viento tu nombre. Y se llenó el cuarto de hadas. Acariciaron el alma, recelosa. Sonrisa ancha, luceros de miel. Esperanza de vuelos y cometas. Y aunque brilla y reluce lo nuevo. Se relamen los recuerdos y claman.

Para dejar de ser neutro, y permitirse ser vivo. y no tenerle miedo a la corriente, sobre todo si hay que nadar en contra. La noche oscura del alma. Sigilosa, se hincha y expande. Ribetes de azul y rosa,. Sombra amorfa que engulle y somete cada centímetro cuadrado de libertad. Hurgando en las entrañas aún tibias,. Cadencia de un golpeteo creciente, insoportablemente mudo. Pero letal e infalible veneno que paralizando los raquis,.

Miércoles, junio 10, 2015. Un grito en mi silencio. Ayúdame a alcanzarte, pues de otro modo, no se que hacer. Viernes, abril 26, 2013. Leyendo sobre tantas manifestaciones gay y los radicales cristianos que les atacan. profundizando en el dolor de mis hermanos sirios que son perseguidos por esta fe que compartimos. Padre, vengo a pedir.