Sábado, 7 de junio de 2014. Lo más complicado de sentirse ahogado por el último botón de una camisa es cuando consigues sacarla y notar ya, desnudo y sucio, que no es la camisa lo que no te deja respirar. Viernes, 18 de abril de 2014. Me pierdo en tus silencios, en tu arquitectura. Recuerdo, cuando enterrábamos amapolas en el jardín. Cuando llenábamos bañeras de esperanza, de alegría. De vacío, áspero y silencioso como la vida misma.

Ya no sé ni si esto es miedo, porque al fin y al cabo soy yo la que, simplemente, se ata a ti. Domingo, 14 de junio de 2015. El problema es que lo sabes, sabes que salía de fiesta y mi objetivo era volver a casa sobria y sola para poder hacer Skype contigo, que si tenías algún tipo de problema yo iba a estar ahí para escucharte, poniéndote en un lugar preferente, por delante de todos incluso cuando ellos estaban a mi lado y tú en la otra jodida punta del continente.