III DÉCADA DE LOS 60. La década de los años 60 fue extraordinariamente rica en acontecimientos de primera magnitud. Se la suele idealizar o satanizar con miradas unilaterales hasta el día de hoy. En realidad, tuvo de todo, positivo y negativo. Pero quedó, a lo menos para los jóvenes de mi generación, como una etapa casi legendaria o mítica, que nos marco para toda la vida, condicionando fuertemente gran parte de lo que nos sucedió después.

I Contacto e ingreso a la política.

Mis primeros pasos en la política están cargados de recuerdos de todo tipo. Me referiré a los principales y más significativos. Este hecho cambió mi vida. A partir de ahora, la política pasó a ser un hecho tangible y vital en mi quehacer diario. Elegido Presidente ya no había marcha atrás. Debía responder y enfrentar las responsabilidades caídas en mis manos. 8220;LA PRIMERA CONVENCIÓN DE LA FECH-V,. La década de los 50 se despidió con este hech.

I Ingreso a la política. III Década de los 60. IV Gobierno de Eduardo Frei Montalva. V Gobierno de Salvador Allende. El camino del retorno a la democracia y el manejo para ir consolidando el nuevo estado de cosas ha sido también original. Existiendo, como siempre, luces y sombras, aquí destacan algunos hechos admirables a los que, en su oportunidad, me referiré.

La llegada de Eduado Frei Montalva al poder estuvo rodeada de circunstancias bien especiales. Partiendo de un diagnóstico escuetamente expresado en la idea, expuesta por. Aseguró su triunfo el 4 de septiembre de 1964.

Había lugar y fundamento para ello. Esto nos estimuló mucho y nos decidimos a actuar en consecuencia. Manos a la obra fue la consigna. Parece altamente plausible que otras vías, violentas por ejemplo, hubiesen prolongado la dictadura pinochetista, con o sin Pinochet, por mucho tiempo más. El costo habría sido claramente mayor. Para rematar este cuadro, Andrés Zaldivar, que encabezaba a la DC en 1980, fue condenado a vivir en .

Justificable, en el contexto en que se dio. Ninguna interpretación unilateral o monocausal es válida. Reduciría un fenómeno extremadamente complejo a simplismos que no se sostienen con ningún análisis medianamente cuidadoso y riguroso.

En lo personal, salí de Chile, como ya indiqué antes, el 18 de agosto de 1973 hacia Alemania. Seguí hacia Caracas, donde vivían mis suegros. Estuve allí algunos días, visitándolos a ellos y, también, a algunos buenos amigos venezolanos. Gobernaba en ese momento Rafael Caldera, ante quien, en su segundo gobierno, presenté credenciales como embajador de Chile en septiembre de 1995. El contacto con el exilio constituyó para nosotros una de.