Martes, 15 de octubre de 2013. Una tarde en la berrea. Este primero tiene restos de sangre en la cuerna. Esta pobre esta tuerto del ojo izquierdo, una de las secuelas de las peleas. Este me acompañó en las tardes aburridas.

Miércoles, 4 de noviembre de 2015. El caserón se ubica en una placita pequeña, recoleta, rodeada de un dédalo de calles estrechas con casuchas apretadas, mal alineadas, formando calles sinuosa que desorientan y atribulan al incauto que se adentran en ellas. Mi amigo me había proporcionado por carta la dirección de su casa, pero me cuesta encontrarla, en parte porque estoy fascinado por este laberinto de empedradas callejuelas.