Martes, 26 de junio de 2012. Normal que al lado de aquello el fútbol indoor nos resulte insípido. Un cierre capaz de marcar diferencias tanto en defensa como en ataque y uno de los mejores jugadores de la corta historia de este deporte. Pero los suizos eran sólo eso, sui.

Viernes, 17 de febrero de 2012. Ryan Giggs renueva con 38 años. Beckham coquetea con les Champs-Élysées mientras luce palmito en Sunset Boulevard. A su lado, la carrera de Phil Mulryne es un camino inescrutable. De calzar botas de tacos a usar alzacuellos. Norirlandés, ex red devil, aficionado a las pintas durante las concentraciones y con una modelo bajo el brazo antes de ingresar en el seminario. Aunque sea tarde, George Best ya tiene quien le redima.

Miércoles, 24 de marzo de 2010. El invisible cumpleaños del Palacio. Cuando vi su nueva piel en febrero de 2005, me espanté. La remozada epidermis me recordó una bolsa navideña de El Corte Inglés, estrellas de Belén incluidas. Maldije que aquel recinto fantástico de mi niñez y que daba sombra a los primeros skaters. Tampoco te creas que se ha avanzado mucho en acústica; para que lo llene El Barrio o Manolo García durante no sé cuántos días seguidos, mejor que hubieran levantado un Zara.

Martes, 14 de junio de 2011. Golpe franco al balonmano español. Las glorias pasadas de Irún y Santander, en otro tiempo franquicias de postín, reposan hoy sobre las hemerotecas. Tras una temporada en la que la falta de liquidez ha sido una tónica dominante en la liga ASOBAL, quizá sea un buen momento para que el balonmano español haga, por fin, examen de conciencia. Ico que suponen en forma de viajes. Con este panorama, no resulta extraño que unos cuantos clubes estén en vías de se.

Martes, 7 de julio de 2009. Gonzalo Suárez y las botas de Pelé. Helenio Herrera, alter ego de Gonzalo Suárez. Pero si hoy traemos hasta este. A Gonzalo es por lo que tiene de ser inexplicable. Quiero decir, por lo que aportó a la concepción moderna del fútbol desde la bancada del Inter de Milan y desde las crónicas que firmaba en los últimos compases de los años 50 bajo el seudónimo de Martín Girard. La suela de mis zapatos.