Este es mi campo de batallas. Donde defiendo mis pensamientos,. Donde rio, lloro y lucho. La poesía nace de la necesidad. No existen más que dos reglas. Tener algo que decir y decirlo. Al contacto con el amor,. Ahora, ya cerca de la muerte, todo lo que tengo es esta espada, y se la cedo a todo aquel que quiera proseguir su peregrinaje .

Miércoles, diciembre 24, 2014. Verter parte de uno por la tristeza, la alegría, la grandeza, la emoción. Llorar y deshacerse en moléculas para volver a vivir, para sentir el cuerpo. Llorar desde el corazón, llorar por los ojos, por la nariz, llorar exhalando. Llorar y no detenerse aunque no queden más lágrimas. Llorar por la piel, llorar desgarrándose y aun así no tener calma. Llorar la ausencia, llorar para dejar de extrañarte, llorar para sacarte de adentro.

La Sed y La Herida. El Apático Balconcito de Julieta. Llevame al fin del mundo.

He oído que la noche es toda magia y que un Duende te invita a SOÑAR. Posted by Fernando Narvaez under Misceláneas. Posted by Fernando Narvaez under La Diosa. Posted by Fernando Narvaez under Bar del Duende. Raymi supo al instante que, esas, eran sus mesas. La condición fue que, ellas sólo irían, si el vino se serví.

En las letras me desnudo, hay días en que soy poeta, entonces las palabras se descalzan y caminan por la orilla del viento hasta abarcar el mundo. Martes, enero 10, 2012. Siempre que pienso en ti. Y escucho el sueño que somos. Bajo las hojas de lo incierto. Antes de ser fui un pájaro. La timidez del aire que te besa. La lluvia que te asombra en los silencios. Con la mudez que olvida la sonrisa. Con la esperanza de ser.

Historia del Haiku en Amà rica Latina.  Quià n es Matsuo BashÃ?  Quià n era Mario Benedetti?  Quià n era Jorge Luis Borges?  Quià n es Fernando Legrand? Un Haiku por Japà n. No podÃa quedarse sin nada que decir ante semejante tragedia humana. Si nunca hiciste un Haiku, aquà hay un contador de sÃlabas. Durante toda la noche,.

Viernes, agosto 15, 2008. Hoy soy una bestia fluvial. Caigo sobre la flora invisible. Contra las libélulas del fango. Y en mi cabeza los caracoles festejan. La cosecha de un nuevo vino. Soy el velero que duerme. En pos de un aire frugal. Mis ojos, dos faros sin sueño. Que añoran volver a soñar. Hoy soy una bestia fluvial. La herida del sueño me cuece. Y retuerce mi fondo sin mar.