Domingo, 31 de mayo de 2015. De cómo aprendí mis primeros poemas. Así, entre versos, viajo mentalmente al pasado entregandome a una de esas divagaciones que dan nombre a este blog. Me veo muy pequeña, tal vez porque me comparo con el enorme sofá que tengo ante mí y con la persona que se sienta sobre él, mi abuela.

Y qué tarde es, no voy a llegar. Y lo he guardado todo? Y qué sueño. Y nervios, muchos nervios. Y, por fin! Y las primeras sonrisas conocidas. Y risas nerviosas en un coche. Y ahí están los demás! Y un tímido abrazo cargado de cariño. Y ya solo hay sonrisas. Y cigarros de madrugada entre carcajadas ahogadas. Y, ay! Y sorpresas. El paso de los años.

Miércoles, 4 de noviembre de 2015. El caserón se ubica en una placita pequeña, recoleta, rodeada de un dédalo de calles estrechas con casuchas apretadas, mal alineadas, formando calles sinuosa que desorientan y atribulan al incauto que se adentran en ellas. Mi amigo me había proporcionado por carta la dirección de su casa, pero me cuesta encontrarla, en parte porque estoy fascinado por este laberinto de empedradas callejuelas.