Un sueño, mil palabras. Ierto día, un hombre deseoso de conseguir empleo, se presentó en el bosque ante el capataz de un grupo de taladores, como hacía bien su labor, fue contratado. Al atardecer de la primera jornada había talado dieciocho árboles. Contento con su tarea decidió mejorar, de manera que el segundo día llegó mucho más temprano. Preocupado, creyó que el cansancio le había ganado.

Quizás te diga un día. Quizás te diga un día que dejé de quererte,. Aunque siga queriéndote más allá de la muerte;. Y acaso no comprendas, en esa despedida,. Que, aunque el amor nos une,. Quizás te diga un día que se me fue el amor,. Y cerraré los ojos para amarte mejor,. Porque el amor nos ciega, pero, vivos o muertos,. Nuestros ojos cerrados ven más que estando abiertos. Quizás te diga un día que dejé de quererte,. Aunque siga queriéndote más allá de la muerte;.

Domingo, 29 de enero de 2017. Una tarde en la remota antigüedad, cierto navegante mercader llegaba de las costas mediterráneas en busca de sangre de Drago. En el siglo XV, don Pedro Fernández de Saavedra, fue nombrado señor de las islas Afortunadas. Como huésped de los reyes pasó Avendaño varios días en Mayantigo. Mas tarde retornó a su barco y partió. La princesa y el viento. Así fue como la princesa se calló durante años y la pena fue cada vez más grande.

Peces que navegan por la red. Peces que navegan por la red. Lo que te falta vs lo que tienes. Guardianes de la llama de los niños. Cuentos como la vida misma. Grandes y Pequeñas Historias de Amor. Lo más importante de la vida. Peces que navegan por la red.

Todos tenemos una primera memoria, aquella que nos remite a un origen, una raíz y que podría explicarnos tal vez muchas cosas relativas a nuestra forma de ser. Viernes, 23 de noviembre de 2012. Viernes, 16 de noviembre de 2012.

Sábado, 15 de agosto de 2015. El reloj del tiempo jugó su mala pasada. Llegamos tarde a nuestro encuentro. Sólo en las miradas se gritaron los sentimientos. Que corrían por las venas enardecidas. Más haya de un encuentro furtivo. Donde los miedos ahora blanden. Siendo el corazón el perdedor. La esencia continua el viaje sin retorno. Entre sonrisas perdidas al viento. Pero en la locura del adentro.