Las festividades indÃgenas en torno a los muertos tiene lugar en un grupo de territorios localizados en la regià n centro-sur de Mà xico, donde son comparadas con poblaciones no indÃgenas que habitan de manera conjunta los mismos espacios. Para los aztecas lo que determinaba el lugar al que iba el alma despuà s de la muerte no era el comportamiento en esta vida, sino principalmente la forma en que morÃa y la ocupacià n que en vida tuvo el difunto. Según el calendario catà lico, el dÃa .

El Santuario mà s cercano al cielo. En el corazà n de Querà taro. Destino mÃstico y enigmà tico. Considerado como el centro turÃstico mà s antiguo de la regià n, es actualmente el punto de mayor atraccià n turÃstica a nivel nacional e internacional en la zona Oaxaqueà a. Por sus hermosas playas de arena blanca, sus olas despiertas que facilitan la prà ctica del surf, rodeada de espesa flora y el calor que abraza, lo convierten en un lugar atractivo, y deseable para el descanso y diversià n.

El origen de esta casona es del siglo XIX cuando, debido al aumento de la poblacià n en la ciudad de Mà xico, se hizo necesario ampliar la ciudad hacia los lÃmites mediante la creacià n de nuevas colonias que ocupaban los terrenos de las grandes haciendas, inmensos baldÃos y grandes terrenos de milpas y huertos. De martes a sà bado de 9. Ciudad pequeà a y pintoresca.

Localizado a 29 km al noroeste de la cabeza municipal de Tepotzotlà n se encuentra el acueducto de Xalpa, mejor conocido como Arcos del Sitio. Es un monumental acueducto construido por los frailes jesuitas a principios del siglo XVIII para llevar agua al colegio de Tepotzotlà n desde el rio del Oro, que nace en el monte del Pinal, desde la hacienda de San Juan hasta la hacienda de Xalpa.

LA ALEGRà A DE LA MUERTE. Se hace de la imagen publica de la muerte no ya una imagen amenazante, sino otra con la cual los mexicanos nos permitimos familiaridades, es aquà cuando la Muerte se hace carnaval. Su celebracià n comprende muy diversos aspectos desde los filosà ficos hasta los materiales. Esta presente en gran parte de las manifestaciones artÃstico culturales de nuestro paÃs. Ha finales del siglo XIX, por medio de hojas volantes, el grabado recorre .

LA DANZA DE LOS HOMBRES Pà JARO. Esta es una prà ctica ritual que se remonta a la à poca prehispà nica. Actualmente, esta danza se practica en comunidades indÃgenas durante festividades patronales y tambià n como entretenimiento para los turistas. Se trata de cinco hombres que suben a un enorme poste, cuatro de ellos se amarran con una cuerda y ya en la cima, se lanzan al vacÃo haciendo rotaciones alrededor del poste. El Santuario mà s cercano al cielo. Si bien para los totonac.