Al pensar en tu piel, yo desespero. E imagino la perla que sombrea. Tus pestañas, la ojera que golpea. Al capturar mis ojos y me muero. Detener tu pupila y boca quiero. El perfil del mirar que me aletea,. Si en tus labios mi vida balancea. Con frescura de luna y aguacero. Las rosas perfumadas de tu vientre. Son cuentas de un rosario de diamantes. Y buscar en ti el valle donde encuentre. Libar de tus corolas subyugantes.

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A mi mente llevé arcas de suspenso,. Desarmé sin dolor mis rojas rosas,. Ha quedado un manto de olvido extenso. Soñé con encontrar un gran comienzo. Caminé por hogueras muy fogosas,. Pensé, pensé, pensé entre tantas cosas. Que me dolió pensar, por lo que pienso. Se fue, no queda nada en tanto y tanto. Incierto amargo que, por su indolencia. Y el halo ingrato del olor a llanto. Es desengaño horrible, es desencanto.