105 o cientos de días después. Y no es cuestión de que me avergüence, sino de que tampoco había llegado el día en el que mirase atrás y me preguntara por ese blog que tanto me ayudó a desahogarme y a vomitar toda la mierda que en ese momento -y visto ahora no entiendo por qué- no tuve los cojones de afrontar. Seleccionaba todo y le daba a suprimir.

Lunes, 15 de septiembre de 2008. DE FIES CON LOS NATS DE POTOSÍ. Haber si conseguis verme hechandome unos bailecitos con los niños. Estuvo bien divertida la noche.

Miércoles, julio 29, 2015. Escucho sin parar las respiraciones de los objetos. Los muebles, las ventanas, las sillas. Trato de entender las huellas. Que deja el paso del tiempo en ellos. Las sucesivas capas de inviernos y veranos. Las oigo latir y me cuentan historias. Que yo las escribo sobre el polvo que van acumulando. Me ha sugerido la siguiente historia. No nos tomábamos en serio la tormenta. Corríamos de un lado al otro de la acera. Buscando un no sé qué, tal vez algo.

Se me derrite en la mano, cada vez que intento abrir alguna puerta. Jueves, 30 de agosto de 2012. No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo, ni si quiera yo. Si tienes un sueño, debes conservarlo. Si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. Miércoles, 19 de octubre de 2011.

El lado B de la mente de un bipolar ser que debate lo real y lo insulso. Jueves, 11 de agosto de 2011. La madrugada triste y cansada. Un beso con el palpitar de mi lengua. Un chasquido, un sonido. Al compás de esa canción. Creyendo como ateo recién converso. Se nos acaba el tiempo. Al compás de tu canción. Famélico por tus besos y mordidas. Al compás de nuestra canción. Te siento en mí, en ti. Una sincronía letal se crea.