Viernes, 3 de enero de 2014. Las volutas de humo del cigarrillo subían hacia el techo caracoleando. No dejaba de fumar y beber. Me senté un instante para reponer fuerzas, alejado de la luz cenital, en la penumbra de la estancia. Los demás se sentaron también. Llevábamos ya ocho horas y aquello parecía no terminar nunca. Cuando me sentí algo aliviado volví a levantarme. 161;Vamos, señores, que no estamos de vacaciones! Luis G.

Mirar a lo ancho, más que a lo lejos. Practicar la emoción por la belleza,. Dejarse atrapar por el momento. En el que dejan de preocuparnos las respuestas. Porque carecen de sentido todas las preguntas. Igual un día de estos me rebelo.

A los surcos del azar. Santiago no está en Santiago. Se mezclan en mi percepción las imágenes de tantos a los que conocí caminando que apenas alcanzo a enumerar sus peculiaridades. Todos transitaron las mismas sendas pero cada uno recorrió diferentes caminos. Yo mismo reiteré mis pasos por los mismos lugares para llegar cada vez a un destino inesperado. 20 años no son nada. Te he escrito que me licencié, que trabajé en el extranjero y que volví a mi ciudad.

Lunes, 10 de diciembre de 2007. Acus y sus arpegios de las. Jueves, 4 de octubre de 2007.

Lunes, 22 de octubre de 2012. Dicen que ha llegado la crisis para instalarse durante un largo tiempo en este país. En estos tiempos tan duros para muchos es de mal efecto mostrar la felicidad, sobre todo a los que lo están pasando peor que tú. Hay veces que la felicidad llega cuando te atreves a ponerte boca abajo y tus ganas vencen la inercia de que todo siga como está. Martes, 21 de septiembre de 2010.

El Histerismo no conduce a nada. La oscuridad nos envuelve pero mientras los sabios chocan contra alguna de las paredes, los ignorantes permanecen inmóviles en el centro de la estancia. Alejandro Fdez, el buenorro. La Campana de los Perdidos.

La vida es un continuo aprendizaje, a veces dulce, a veces amargo. Miércoles, noviembre 29, 2006. U mirada es azul, me gusta el azul. Sus ojos miran tímidos rehuyendo los míos, excepto cuando sonríe. Es entonces cuando esa mirada infantil se vuelve valerosa, felina, intimidante, seductora. Me gusta su piel, me gusta acariciarla, rozarla con mi mejilla, con mis labios, notar su calor, su olor. Me gusta su respiración en mi oído. Martes, agosto 22, 2006.