Martes, 26 de octubre de 2010. Andaba soñandote en mares profundos con cielos escarlatas, deshaciendo caminos, tragando tierras, cruzando mapas. dónde no existían ni el miedo ni el pesar, dónde todo fluye en ese vaivén que viene y se va. Andaba viajandóte en las palabras que recorren el mundo, paseando por sombras infinitas de mil atardeceres, recorriendo idiomas, desatando el olvido. Y mientras, me voy sumergiendo en este brotar de palabras, con las que, poco a poco, voy viajando en mis sueños.

Incandescència de les sensacions, un instant de calor al cor, un segon de reacció, juguem. Tanta lucidez, fluye el brillo. todos lo llevamos con nosotros, dentro, pero tu lo desprendes con tanta soltura. Sonrío y sonrío y sonrío. Tu me cantaste una canción al oído y yo me quede dormida en tus brazos. Después desperté recordándolo todo, y recordando sólo porque ya se pasó, sueño o no.

Escalo hasta mi particular Alaska para sentarme en mi transporte mágico de asientos de piedra. Desde allí la observaba como lo miraba. Exactamente de la misma manera que justo hace 28 días. Aquella tarde también me senté en el mismo rincón. Inquietado por su historia pregunté a un buen amigo los entresijos de la misma. Me aseguraba que siempre han estado así desde que los conoce. Cuando ella desaparece el se transforma en ausente. Y así ella colmada de cráteres, el lleno de idas y venidas.