En ANTOFAGASTA, desde mi balcón, un atardecer de abril, una obra en proceso, un obrero de cara al ocaso. Lunes, octubre 08, 2012. Siempre sabía cuándo iba a arribar a la ciudad, parecía que el avión que pasaba su panza de aluminio por encima de la terraza de su casa tenía internalizada la angustia del viajero y ella era una eterna intuitiva que recibió siempre esa presencia huidiza. Pero nada de lo vivido había sido en vano. Por eso un día decidió bajar a su jardín y hacer un agujero con sus propias manos.

Jueves, marzo 20, 2008. Un frío que pega en mi nariz cierra mis ojos, me hace retroceder. Fragilisa mis sentidos haciendo fuerte a mi inconsciente, debilitando a mi razón. Ojos ebrios de ver a la luna. Tan solo un aroma me hace revivir el pasado y decir. Con un solo dedo las ganas de volver. Iluso siempre no me puedo contener. Retener el deseo, aceptar que no hay tiempo de más. Pensamientos que vuelan alto pero que jamas pisan firmes. Me hace falta el valor para irme lejos de tu vida.